Del 12 de julio al 7 de septiembre del 2018
Claustro de exposiciones del palacio provincial de la diputación de Cádiz
Una constante pulsión teatral atraviesa la obra de José Luis Serzo (Albacete, 1977). Dramaturgia, representación, actividad escénica, entramado de artificios y estructura polifónica son conceptos claves de una obra que, más que intentar comunicar la expresión de un sujeto productor, busca generar acontecimientos estéticos capaces de estimular y habilitar la propia elocuencia del espectador.
La presente exposición recorre algunas series de los últimos diecisiete años de la producción del artista, revisados desde una lectura transversal que busca catalogar sus principales recursos teatralizantes. El resultado es un conjunto de más de doscientas obras, estructuradas a partir de micro-universos que se corresponden con algunas de sus principales series: “Post-Show”, “Thewelcome”, “La historia más bellas jamás contada”, “Los señores del bosque”, “El sueño del Rey de la República” o “Ensayos para una gran obra”.
A lo largo de su trayectoria, el artista ha actuado como creador de otros universos que parafrasean y trascienden las estructuras de la realidad. En este sentido, el mecanismo de la creación dramatúrgica desarrollado por José Luis Serzo maneja con especial lucidez las constantes del disfraz y la metamorfosis. Ambos conceptos convocan su propio alter ego que, bajo el nombre de Blinky Rotred, ha protagonizado diversas series a través de un relato que se dilata en el tiempo.
Este juego con los estatus de realidad y ficción culmina en la instalación Teatrorum, dispositivo de base circular, cerrado por un gran telón, donde el espectador accede para descubrir el secreto de su interior. En esta obra (que en este caso abre y cierra la exposición, formando parte de la serie El sueño del Rey de la República), el artista mantiene el carácter epifánico –en el sentido de desvelar una idea– de los antiguos templos de planta centralizada. Por otro lado, su estructura también puede ser vista como la de un teatro invertido donde el telón, cerrado sobre sí mismo, modula en su exterior un escenario que es habitado por un espectador cuyo rol se transforma cuando pasa a formar parte de la poíesis teatral. De este modo, toda la exposición se configura como un gran artefacto que busca la simultaneidad en el «adentro» del acontecimiento teatral y el «afuera» de la distancia expectatorial.
Carlos Delgado y Noemí Méndez