Ensayos para una gran obra
"Ensayos para una gran obra" forma parte del ciclo Conexiones, el cual es llevado a cabo por el Museo ABC y la Fundación Banco Santander
y comisariado por Óscar Alonso Molina, donde se invita a artistas que mantienen estrechos vínculos con el dibujo a desarrollar un trabajo específico a partir de dos obras escogidas de entre los fondos de ambas instituciones. A partir de su elección, el artista se enfrenta cada edición al reto de revelar esas relaciones inesperadas que dan nombre al proyecto.
Hasta la fecha han participado en el programa: Santiago Morilla, Ornamento y detonación; Juan Carlos Bracho, Un mensaje para Anabel; The Children Pox, El misterio del perro de sol; Nati Bermejo, La tormenta; Jesús Zurita, Ida y trasiego; Amparo Sard, La otra; y Juan López, Ruinas graves.
En esta VIII edición del programa Conexiones, José Luis Serzo (Albacete, 1977) presenta Ensayos para una gran obra, un proyecto expositivo expresamente realizado para las salas del Museo ABC, donde el artista nos muestra por primera vez de manera monográfica una faceta fundamental de su trabajo: el dibujo. Una vez más, los protagonistas de las piezas son Blinky Rotred, álter ego del propio artista, y su hija Maya (en la ficción y en la vida real), a quienes ya hemos visto en otros muchos momentos de su obra.
En estos dibujos contemplamos a padre e hija enfrascados en diversas acciones e historias, mientras pergeñan modelos para mejorar el mundo. Como dos focos que organizan todos estos tanteos se encuentran las dos obras invitadas.
En primer lugar el magnífico lienzo ovalado de Ignacio Pinazo, titulado Ninfas y amorcillos (boceto) de 1887, procedente de la Colección Banco Santander, que con sus desnudos y sus niños, tan del gusto del autor, ha dado lugar a una serie de variaciones por parte de Serzo, entre las que destacan los dibujos de grandes dimensiones (los mayores realizados por él hasta la fecha) que transforman el dulce ambiente decorativo celestial de Pinazo en una tramoya precaria, con alusiones al género de las apoteosis y los rompimientos de gloria barrocos.
Afloran los orígenes del artista, que se crió entre bambalinas al ser hijo de la directora del teatro de Casas e Ibáñez (Albacete).
En otro punto de la sala aparece la ilustración de Sileno, cedida por la Colección ABC, publicada originalmente en las páginas del diario el 2 de enero de 1935, bajo el título El árbol Noel de este año, que con su apertura de lecturas y su carácter conceptual, tan moderno, casi de poesía visual, llamó inmediatamente la atención del artista. Serzo parte temáticamente del misterio infantil de la obra de Sileno y estilísticamente enlaza con la obra de Pinazo para crear su propio discurso.
En el arte contemporáneo actual es singular el caso de Serzo, la huella de la teatralización en su estilo, en sus instalaciones y en sus dibujos.
La fuerza de los clásicos, como en el mundo del teatro, está presente en la obra de Serzo, que recuerda a Patinir, a los fondos de los viajeros del grand tour, a Pinazo.
El juego de luces y sombras, la base del espectáculo y de la tramoya, también se traslada a la ilustración de este artista, que crea la profundidad de campo gracias al juego de focos exagerados como la estrella o la apoteosis.
Su dibujo se expande más allá del marco de la obra (con atrezzo o continuando el dibujo en la pared) como su arte se expande más allá del marco de la pintura hasta el mundo del teatro clásico.
Serzo se desenvuelve con destreza entre los vistosos alardes de la composición clásica, la anatomía, el escorzo o el despliegue ornamental de los decorados. El objetivo tras la decoración es abordar otras cuestiones más profundas: la ética de nuestro comportamiento ante los demás; las relaciones entre el hombre y el mundo y la conciencia como herramienta fundamental que, como él afirma, se le ha «sobrepotenciado con la paternidad, con la aparición de Maya en su vida y obra».
En esta VIII edición del programa Conexiones, José Luis Serzo (Albacete, 1977) presenta Ensayos para una gran obra, un proyecto expositivo expresamente realizado para las salas del Museo ABC, donde el artista nos muestra por primera vez de manera monográfica una faceta fundamental de su trabajo: el dibujo. Una vez más, los protagonistas de las piezas son Blinky Rotred, álter ego del propio artista, y su hija Maya (en la ficción y en la vida real), a quienes ya hemos visto en otros muchos momentos de su obra.
En estos dibujos contemplamos a padre e hija enfrascados en diversas acciones e historias, mientras pergeñan modelos para mejorar el mundo. Como dos focos que organizan todos estos tanteos se encuentran las dos obras invitadas.
En primer lugar el magnífico lienzo ovalado de Ignacio Pinazo, titulado Ninfas y amorcillos (boceto) de 1887, procedente de la Colección Banco Santander, que con sus desnudos y sus niños, tan del gusto del autor, ha dado lugar a una serie de variaciones por parte de Serzo, entre las que destacan los dibujos de grandes dimensiones (los mayores realizados por él hasta la fecha) que transforman el dulce ambiente decorativo celestial de Pinazo en una tramoya precaria, con alusiones al género de las apoteosis y los rompimientos de gloria barrocos.
Afloran los orígenes del artista, que se crió entre bambalinas al ser hijo de la directora del teatro de Casas e Ibáñez (Albacete).
En otro punto de la sala aparece la ilustración de Sileno, cedida por la Colección ABC, publicada originalmente en las páginas del diario el 2 de enero de 1935, bajo el título El árbol Noel de este año, que con su apertura de lecturas y su carácter conceptual, tan moderno, casi de poesía visual, llamó inmediatamente la atención del artista. Serzo parte temáticamente del misterio infantil de la obra de Sileno y estilísticamente enlaza con la obra de Pinazo para crear su propio discurso.
En el arte contemporáneo actual es singular el caso de Serzo, la huella de la teatralización en su estilo, en sus instalaciones y en sus dibujos.
La fuerza de los clásicos, como en el mundo del teatro, está presente en la obra de Serzo, que recuerda a Patinir, a los fondos de los viajeros del grand tour, a Pinazo.
El juego de luces y sombras, la base del espectáculo y de la tramoya, también se traslada a la ilustración de este artista, que crea la profundidad de campo gracias al juego de focos exagerados como la estrella o la apoteosis.
Su dibujo se expande más allá del marco de la obra (con atrezzo o continuando el dibujo en la pared) como su arte se expande más allá del marco de la pintura hasta el mundo del teatro clásico.
Serzo se desenvuelve con destreza entre los vistosos alardes de la composición clásica, la anatomía, el escorzo o el despliegue ornamental de los decorados. El objetivo tras la decoración es abordar otras cuestiones más profundas: la ética de nuestro comportamiento ante los demás; las relaciones entre el hombre y el mundo y la conciencia como herramienta fundamental que, como él afirma, se le ha «sobrepotenciado con la paternidad, con la aparición de Maya en su vida y obra».
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