Skip to content Skip to footer

Familasia

Fue así, decía, cómo con ayuda de todos mis amigos y, sobre todo, de mi amada Beatrice, conseguí surcar el cielo límpido y azulíneo que se alzaba aquella irrepetible mañana sobre nuestro valle…

Ocurrió algo que jamás podré explicaros con palabras; esa primera vez…, donde mi cometa y yo nos dejamos fluir en lo absoluto…, mientras Beatrice sujetaba emocionada el cabestrante que me daba cuerda, sirvió para abrir cantidad de puertas en mi mente.

A partir de entonces mis vuelos en cometa, que quizá no son tan frecuentes como desearía, alimentan mi alma de forma acompasada. La cuestión es que Beatrice y yo recibíamos cartas de Familásia*(de Tío Raimundo -el papi de Beatrice-, de sus tíos Amelia y Linuos, y de sus primos Sherezade y Lucca), para felicitarnos por el cumplimiento de la tan memorable proeza.

Tío Raimundo y yo manteníamos una fluida e intensa correspondencia, donde divagábamos y estudiábamos los avatares en cuanto a los artefactos voladores ecológicos. El coche volador helicoidal ya estaba prácticamente listo. Las plumas de gallina mutante que me proporcionó el hombre topo resultaron ser lo suficientemente resistentes y ligeras como esperábamos, y el sistema de pedales evolucionado se correspondía en la práctica con los estudios preliminares.

Todo estaba dispuesto; a finales de septiembre Beatrice, nuestro gato Santo y yo, emprenderíamos el vuelo a Familasia. En los preparativos mi cabeza unía los relatos que Beatrice me contaba de su familia con las conversaciones telefónicas que tuve con ellos y con las cartas donde relataban sus memorias y aficiones…Todo creaba, junto a mi imaginación, un caldo misteriosamente condimentado a fuego lento que aceleraba mi corazón con el entusiasmo por conocerles. Y llegó el esperado día: ¡por fin juntos en el aire!.

Al principio Santo dio algunos problemas: mareos, nerviosismo y arañazos varios, pero más adelante todo salió a pedir de boca. Primero cruzamos la Sierra de los Gigantes, y fuimos testigos de una visión que sólo los dioses y las águilas pueden disfrutar. Sentíamos un frío enérgico -¡de vida!-, que en ocasiones congelaba nuestras sonrisas y alguna que otra lágrima de felicidad. Más adelante sobrevolamos el inmenso azul turquesa del mar Tántrico, donde las horas que se necesita para atravesarlo fueron aprovechadas para que Beatrice relatara algunas vivencias más de Familasia. En los silencios de mi amada sentía que era mi corazón el que movía las hélices.

Horas después, tras un tiempo que pasó más que fugazmente, avistamos tierra. Montañitas multicolores rompían alegremente el horizonte…¡Jamás imaginé una tierra tan bella! Entrábamos en FAMILASIA…

Blinky Rotred, el Hombre Cometa

*nombre con el que designamos, tanto a su familia, como a la isla donde habitan.




Con THEWELCOME, su último trabajo (mostrado en Madrid en la Galería Blanca Soto en junio de 2006), José Luis Serzo se aventuró (o aventura, pues todavía es una serie abierta, como todas las demás, dice) en la búsqueda de un ser “inequívocamente bienvenido para aquel que se lo encuentre”, y lanzó una propuesta contundente para con el espectador, en el juego de la fabulación valiente hacia un ser positivo y necesario…,

con FAMILASIA, encontraremos también una historia, donde los personajes podrían funcionar incluso como “dáimones”, aquellos seres que actúan como nexos de unión o agentes mediadores entre el mundo material y el “alma del mundo”, que llamaron los neoplatónicos, y que siglos más tarde Jung, lo estudió con su “inconsciente colectivo” y su “realidad psíquica”.

Blinky Rotred, el hombre cometa, viaja con su amada Beatrice a la Isla de FAMILASIA, lugar recóndito donde vive la peculiar familia de ésta. Allí les esperarán con cantidad de emocionantes sorpresas Tío Raimundo, padre de Beatrice, intrépido aventurero, etnólogo y adiestrador de las fieras de la isla; Linuos de Pádova, patriarca dicharachero y algo circense que mantiene la risa continua de la familia; su encantadora mujercita, Santa Amelia de la Abundancia “proveedora de todos los frutos”; Lucca el Centauro descendiente de Quirón y diseñador de joyas curativas; Sherezade el Corazón de Invierno, mantiene la vida bajo el hielo en la estación invernal; la pequeña Serena, que sueña y armoniza la belleza en la isla y Ugo el camaleón y benjamín, con el poder de camuflarse, mimetizarse y acondicionarse en cualquier lugar donde se encuentre. Una galería de personajes que juegan entre la realidad y la imaginación, el mito, la fábula, el arquetipo y la realidad daimónica (con permiso de Patrick Harpur). Para desarrollar esta nueva historia, José Luis Serzo continúa su personal método multidisciplinar (pues si la pintura es la disciplina predominante, también encontramos dibujo, fotografía, objetos, video-escultura, la literatura como hilo conductor…), y una cuidada y elaborada puesta en escena. Una historia positiva, universal, abierta, en pro de la imaginación como fuente primordial de conocimiento y de vida, generadora de nuevas futuras realidades.

José Luis Serzo continúa así, su compromiso de mejorar la sociedad con el arte, recordándonos nuestra capacidad imaginativa y creadora como motor constructor de nuestra realidad más inmediata.

  • Todo
  • Dibujo
  • Exposiciones
  • Otros medios
  • Pintura