17 de septiembre de 2018
Diario de Jeréz
«El primer golpe de vista a esta exposición produce un acusado sentimiento de entrañable nostalgia. El espectador rememora aquel tiempo en el que hasta el Claustro de Exposiciones de la Diputación de Cádiz llegaban importantes exposiciones; Eduardo Rodríguez mantenía expectante el espíritu artístico de los buenos aficionados con muestras de los más grandes. Y lo hacía permanentemente, no de forma esporádica como en los últimos tiempos. El gran Arte, aquel salido de los mejores llegaban, sin solución de continuidad, al antiguo edificio de la Aduana gaditana para goce y disfrute de todos. Uno llega al Palacio y parece recuperar un tiempo que se fue por culpa, entre otras cosas, de la crisis económica».
Así comienza el artícullo de Bernardo Palomo, en la sección de cultura del , sobre la exposición de José Luis Serzo en la diputación de Cadiz.